La sombra del poder, de Kevin Mcdonald, es una película que vio la luz en el año 2009 y que refleja el mundo periodístico, a pesar de introducir los elementos de ficción.
La idea de llevar esta trama al cine surgió con la serie de televisión State of Play de la BBC. Este trepidante filme narra la apasionante historia en la que Russel Crowe interpreta a Cal McCaffrey, un periodista de Washington DC que investigará el crimen de una mujer con la que su mejor amigo de universidad, ahora un famoso congresista, Stephen Collins, mantuvo supuestamente una aventura.
Analizando la película, en ella se nos refleja cómo son las redacciones de los periódicos estadounidenses en su interior, el trabajo en equipo, el día a día y sus labores profesionales de manera cotidiana. El quehacer periodístico queda más que proyectado en los 127 minutos de la cinta. Montones de papeles acumulados, mucho contacto con los otros medios de comunicación, una buena relación con las fuentes y una extensa tarea de documentación.
Otro aspecto que han tenido en cuenta en la película, es el papel de la redactora jefe,interpretada por Helen Mirren. La caracterizan de despiadada, pero una vez su periodista se ve implicado en medio del caso no le quedará de otra que cooperar.
Un rasgo a favor de Russel Crowe y en el que cada periodista en la realidad debería insistir: el contacto y la buena relación con las fuentes. En el filme observamos cómo el periodista acude a fuentes lo más contrapuestas posibles para contrastar la información y llegar a destapar la verdad del caso, ya que se ve implicado, con el fin de no verse envuelto en él y transmitir la verdad a los ciudadanos. La conspiración en el ámbito periodístico me ha parecido una manera muy inteligente de mantener intrigado al público, les mantienen en vilo durante toda la película hasta su desenlace.
Gracias a las fuentes y los contactos que el periodista tiene, logra salir adelanten y desentrañar el misterio que lo ata al caso, hasta el punto en el que su vida corre peligro. Comprobamos cómo políticos y gente importante del Gobierno se esconden detrás de esta conspiración (de ahí lo de La sombra del poder). Tira, finalmente, más el deber de la profesión que la amistad entre el periodista y el congresista.
Sin duda, la cinta muestra una cara totalmente deontológica del medio impreso, sobre todo con ese desenlace en el que el protagonista logra redactar la noticia con la verdad al descubierto, se levanta de su sitio y la redactora le dice que la mande a imprimir. Se para frente a ella y le dice: 'Hazlo tú'. Con ello, se da a entender que la jefa, sabiendo la importancia del asunto sólo quería que Cal publicase el artículo sin antes haber sido corregido y supervisado por ella, es decir, para ella primaba el sensacionalismo antes que el progreso de sus periodistas y el bien del propio periódico, además de que el periodista no quería responsabilizarse de las consecuencias que pudiese acarrear la verdad del caso.
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